La Domótica y la Inmótica son tecnologías que han demostrado su capacidad de lograr ahorros energéticos. Esta es una de las razones que motiva a iniciarse en el mundo de la Domótica a aquellos que desean disponer de una vivienda inteligente, pero algunas veces no se acaba produciendo ninguna transformación en la vivienda que permita calificarla de inteligente, bien sea por el “agobio” por tener que hacer costosas y engorrosas obras, por desconocimiento de qué tipos de viviendas/edificios se pueden domotizar/inmotizar o, simplemente, por no saber por dónde empezar con el proyecto de aplicar inteligencia a una vivienda o edificio.

Téngase en cuenta que la Domótica es una tecnología que se puede aplicar a cualquier tipo de vivienda: de nueva construcción, de segunda mano, rehabilitada, de propiedad, de alquiler, en construcción vertical, adosada, unifamiliar… y que no tiene porqué implicar la realización de obras ya que hoy día hay muchos tipos de comunicaciones: por cable, por radiofrecuencia, por protocolo IP, por citar algunos de ellos.

El proceso más sencillo para decidir qué sistema domótico es el más adecuado a nuestras necesidades consiste, en primer lugar, en definir qué funciones queremos que realice el sistema de control y automatización de la vivienda o el edificio. Para esta fase inicial es importante tener en cuenta que actualmente en el mercado hay sistemas de una relativa complejidad (es decir, que pueden realizar una gran variedad de funciones) y de manejo muy sencillo, a un coste razonable. Otra opción son los sistemas modulares o escalables, que son aquellos cuyas funciones se pueden ampliar según nuestras necesidades.

También hay que decidir si se opta por un sistema cuyo protocolo de comunicaciones es abierto o propietario.

El protocolo de comunicaciones es el conjunto de reglas para la transmisión de datos en un sistema que interconecta a diferentes dispositivos. Puede definir las condiciones de conexión a un medio de transmisión, las reglas que rigen el acceso al medio, los procedimientos para la protección contra errores, los medios funcionales y procedimentales para el intercambio de datos, los mecanismos de transporte, el control de la comunicación, la representación de los datos y el intercambio de los datos de la aplicación.

Respecto a los protocolos abiertos o cerrados:

• Un protocolo abierto es un protocolo público sobre el que por lo tanto no hay patentes y que está publicado por un organismo de normalización. Cualquier fabricante puede desarrollar aplicaciones y productos en base a este protocolo, por lo que permite la interoperabilidad con otros fabricantes.
• Un protocolo propietario es privado, y lo desarrolla un fabricante exclusivamente para sus productos. Puede ser un protocolo abierto pero modificado, pero en ningún caso permitirá la interoperabilidad con otros fabricantes.

Antes de optar por un sistema domótico u otro, hay que definir cómo queremos que se comuniquen entre sí los elementos del sistema. Para ello puede ser útil consultar a un integrador de sistemas o a un instalador, quien nos asesorará de la mejor solución en función del tipo de vivienda y de la complejidad del sistema.

Lo último que nos quedará por decidir es, finalmente, por qué sistema optamos. Si aún tenemos dudas, lo mejor es pedir presupuestos para saber qué nos costará la adquisición e instalación del sistema.

Para conocer el coste de un sistema de control y automatización, CEDOM dispone en su página web de una herramienta para solicitar el presupuesto del sistema domótico o inmótico. Tan solo se deben facilitar los datos del edificio o vivienda y responder a las preguntas relativas a las funciones que ha de realizar el sistema y recibiremos el presupuesto personalizado.

De esta manera, podremos saber qué nos están ofreciendo, a qué coste y qué grado de domotización obtenemos.

Si desea obtener un presupuesto sin compromiso, puede solicitarlo en el siguiente enlace.