informática

Christian Delgado Von Eitzen

ingeniero de telecomunicación_

 

¿Qué son las tecnologías disruptivas?

Las tecnologías disruptivas son tecnologías que suponen una innovación disruptiva (es decir, que genera un cambio relevante) que altera de manera significativa la forma en la que operan consumidores, empresas o incluso industrias enteras, reemplazando tecnologías dominantes anteriormente existentes con prestaciones inferiores.

El término “tecnología disruptiva” (disruptive technology en inglés) fue presentado en 1995 por Joseph Bower y Clayton M. Christensen en el artículo “Disruptive Technologies: Catching the Wave Tecnologías disruptivas: atrapar la ola (versión en español).

En esta publicación se plantea un interesante enfoque de por qué las empresas que escuchaban a sus clientes (como Xerox, IBM, etc.), al final se vieron perjudicadas por las mismas tecnologías que sus clientes los llevaron a ignorar y es que la innovación en un sector no suele provenir de empresas ya consolidadas del propio sector – El primer paso para innovar es cuestionarlo todo.

Ejemplos recientes de tecnologías disruptivas podemos encontrarlos en los smartphones, el comercio electrónico o los sistemas GPS, por ejemplo, si bien en su momento el automóvil, la televisión o el suministro eléctrico también fueron tecnologías disruptivas en su momento, que ciertas empresas supieron ver y aprovechar siguiendo recomendaciones para identificar y gestionar una tecnología disruptiva.

En el libro “The Innovator’s Dilemma: When New Technologies Cause Great Firms to Fail“ (El dilema del innovador: cuando las nuevas tecnologías hacen que las grandes empresas fracasen – publicado inicialmente en 1997 y revisado posteriormente, siendo la última del año 2016), Clayton M. Christensen profundiza más en el concepto e introduce el concepto de la “innovación disruptiva” que continúa desarrollando en “The Innovator’s Solution: Creating and Sustaining Successful Growth” (La solución del innovador: crear y mantener un crecimiento exitoso).

En general, las tecnologías disruptivas pueden verse como tecnologías inicialmente de menores características (lower-end) en nuevos mercados no existentes. Por ejemplo, los sistemas GPS o la telefonía móvil frente a la fija, ya que en ambos casos estaban limitados a nichos de mercados muy concretos que fueron creciendo hasta su actual utilización generalizada.

Las innovaciones con tecnologías disruptivas, por tanto, al dirigirse a nichos de mercado o, incluso, nuevos mercados inexistentes hasta la fecha suelen ser menos rentables para las empresas ya existentes.

Solo cuando empieza a desarrollarse y mejorarse la tecnología en cuestión de forma progresiva, va aumentando su cuota de mercado, aumentando los márgenes y desplazando a otras ya existentes. Esto lo hemos podido comprobar recientemente con la popularización de los smart phones y su nuevo modelo de negocio y difusión masiva a partir de la aparición del iPhone en el año 2007. Los smartphones ya existían anteriormente, pero solo gracias a la incorporación de un conjunto de tecnologías, el resultado ha sido disruptivo, anulando prácticamente los sistemas de móviles anteriores, que permanecen de forma residual.

Otro ejemplo puede ser la fotografía o el vídeo digital, que, aunque inicialmente tenía mucha menos resolución que la convencional, permitió crear un nuevo modelo de negocio en el que, con menores costes de “revelado” de las fotos o vídeos, lo hizo asequible a un público generalizado incluso con menor poder adquisitivo.

Los conceptos de tecnología disruptiva y de tecnología exponencial son similares, ya que en ambos casos pueden llegar a provocar cambios sustanciales en modelos de negocios e industrias, pero las tecnologías exponenciales son aquellas que siguen una pauta de crecimiento exponencial, mientras que las tecnologías disruptivas son más genéricas, no teniendo que tener un patrón de crecimiento exponencial. Existen, por supuesto, las tecnologías exponenciales disruptivas como una combinación de las dos.