Arquitectura informal, disciplinada y verde en el nuevo Aulario Runnymede College de Madrid

Fotos ©Luis Asin

Rojo/Fernández‐Shaw arquitectos ha sido el encargado de diseñar los nuevos pabellones así como la reorganización de los espacios exteriores de este colegio de modelo académico anglosajón, basados tanto a nivel espacial como ambiental en la libertad de movimiento entre áreas de conocimiento, la educación práctica, o el desarrollo de las tareas en grupos de trabajo.

Para ello, se construye un orden abierto en el que los espacios exteriores y de reunión adquieren el protagonismo y los edificios se configuran con el carácter de pabellones en un campus universitario. El orden del nuevo colegio es concéntrico y tanto las circulaciones planteadas como las relaciones de los alumnos se van disolviendo entre los pabellones independientes y los espacios verdes. Es, por tanto, un entorno abierto, donde conviven el orden y la libertad espacial. En el conjunto, destaca el Aulario B, 3.150 m2 distribuidos en tres plantas a partir de una estructura existente y que acogen las Aulas, Laboratorios y salas de Estudio del Senior School.

El campus gira en torno al espacio exterior, central pero sin forma, abierto y continuo como un entorno natural. En el mismo, las construcciones se disponen de modo impreciso y sin orden geométrico, facilitando las relaciones funcionales, pero desplegando su carácter simbólico

Respecto de la envolvente exterior, se han combinado con excelencia dos propósitos que pretendían crear aulas con una gran iluminación natural y homogénea capaz de poner el interior en contacto directo con el exterior y, a la vez, proyectar las aulas como espacios introvertidos y singulares, cerrados sobre si mismos para fomentar la atención y la concentración.

Para ello, la combinación de una ventana horizontal corredera extraordinariamente ligera y transparente –cuyos perfiles han sido minimizados inteligentemente aprovechando el tirador central– y una envolvente exterior continua de chapa ondulada perforada –sin soporte aparente– produce el doble efecto perseguido: al exterior parece un volumen rotundo sin discontinuidades. En el interior, sin embargo, la claridad diáfana de la luz natural, la continuidad efectiva de la ventana horizontal y su relación con el horizonte se equilibra con la sensación de estar en un interior, abierto, pero con un límite espacial y ambiental”, describen los arquitectos.

Los cerramientos practicables y correderos de la gama SOLEAL instalados han aportado por tanto la esbeltez y el minimalismo necesario al conjunto además de garantizar las más altas prestaciones térmicas y acústicas.

La obra recibió el Premio COAM 2019 y el Premio Luis Mansilla 2019, ambos otorgados por el COAM a la mejor obra de arquitectura del año y también ha sido finalista en el Palmarés Architecture Aluminium TECHNAL 2019, en la categoría DESCUBRIR.