informática

Miguel Lorenzo Font

ingeniero de telecomunicación_

 

Soluciones complejas para problemas simples… y viceversa

En la era de lo políticamente correcto que nos ha tocado vivir, resulta cuando menos curioso que sea comúnmente aceptada la crítica despiadada hacia la clase política en general por parte de cualquier ciudadano de a pie. Con justificación o sin ella, con razonamiento o sin él, y se tenga o no conocimiento de causa, parece que cualquier ignorante como este articulista barato se puede permitir la licencia de descalificar a nuestros gestores más públicos con el aval que nos concede por mayoría la población que los sufre. Es decir, que es políticamente correcto considerar incorrecto el trabajo de los políticos, y por muy ignorantes que seamos nosotros, podemos atribuirnos mayor capacidad que ellos para pretender encontrar soluciones simples a problemas que en realidad son complejos y que, en buena lógica, no suelen tener, por tanto, soluciones sencillas.

No es mi intención ejercer de defensor de la clase política, en absoluto, sobre todo cuando lo que me suele pedir el cuerpo va precisamente en dirección contraria, cansado de escuchar cómo son ellos mismos los que tan a menudo nos quieren vender soluciones tan sencillas como ingenuas y utópicas a problemas complejos que necesitan mucho más análisis, conocimiento y, sobre todo, trabajo que el que pretenden dedicarles.

En este caso, sin embargo, lo que me ha llamado a escribir es un ejemplo opuesto, un problema que se me antoja sencillo y para el que me da la sensación de que se pretenden soluciones innecesariamente complejas: el plan para introducir un sistema de peajes en las autovías, un nuevo impuesto, al fin y al cabo, con el que supuestamente financiar su mantenimiento con cargo a sus usuarios y no al conjunto de la población. No pretendo entrar en el fondo de la decisión política, si hay que pagar más o menos impuestos, si hay que repercutir cada inversión o gasto público en los usuarios concretos de cada concepto, si los parques infantiles los deben pagar sólo aquéllos que tengan niños, o la limpieza de las playas sólo aquéllos que van a la playa; en este caso, lo que me preocupa y ocupa es su ejecución: creo que es un ejemplo del daño que, en la práctica, hace la “burrocracia” a la vida de las personas, sobre todo y en buena lógica, de las personas que más difícil tienen su vida, que son las más necesitadas.

Resulta que tenemos un impuesto muy sencillo que ya está establecido, y que está relacionado con los kilómetros realizados en cualquier tipo de vehículo y para cualquier finalidad: el de carburantes. ¿Quieres recaudar más para destinar a mantenimiento de carreteras? Pues súbelo. ¿Quieres recaudar menos? Pues bájalo. Así ya se paga por uso, con un impuesto que ya existe. ¿Por qué pagar más por usar autovías que por usar carreteras secundarias? ¿Es más eficiente de cara al mantenimiento repartir más el tráfico por peores carreteras? No, al contrario. ¿Que el impuesto de carburantes también afecta a quien se mueve por ciudad? Pues mejor, coge la parte de más que recaudas por ello, y subvenciona el transporte público urbano para conseguir mayor ahorro energético (y ecológico, y también económico) GLOBAL. ¿Que pagarían menos los que tuvieran un vehículo con menor consumo? Pues bendito problema, cuando tenemos que ahorrar energía. ¿Que hay algunas autopistas con gestión privatizada y ya con peajes? Tienes mil maneras de evitar o compensar esa doble imposición si quieres… por no hablar de su posible eliminación. ¿Que los portugueses llevan años haciéndolo y les ha salido a cuenta y no les arruinó implantarlo? Pues enhorabuena, es dinero del bolsillo de unos para meterlo en el bolsillo de otros, fiscalidad de pequeños detalles que en términos globales es irrelevante dentro del sistema de recaudación y redistribución. El de los peajes en autovías que se pretende es un impuesto ridículo, lo proponga el PP, el PSOE, la UE, el FMI, o Santa Teresa de Calcuta.

En mi opinión, esta manera de pensar la fiscalidad lo que hace es convertir la gestión en microproblemas con MICRODECISIONES que no aportan nada más que BURROCRACIA. No se puede dirigir países con este tipo de decisiones. Calcula cuánto quieres recaudar de más con la medida, aplica la subida equivalente al impuesto sobre el carburante, y ya está, pasamos a otro tema que tenemos mucho que trabajar y gestionar. El día que pienses que no llega, lo subes. El día que pienses que puedes bajarlo, lo bajas. Y no montas un circo ingestionable (controles, sistemas de cámaras, multas, etc. etc. etc.) para, en esencia, repartir más el tráfico entre autovías y carreteras generales con la única diferencia de que provocarás más accidentes y atropellos en los pueblos atravesados por carreteras nacionales, y complicarás más el mantenimiento de carreteras en general. ¿Quieres gravar más el uso del coche? Pues grávalo y no nos compliques a todos la vida. ¿Quieres establecer un sistema para que los transportistas no lo sufran de la misma manera porque consideras que desempeñan un servicio diferente? Pues facilísimo también, a partir de determinado volumen o en las condiciones que quieras o con las ideas que se te ocurran, bonificas el impuesto de carburantes a los transportistas u otros usuarios especiales según baremos o como quieras, de hecho ya tienen bonificación sobre el impuesto actual. Y no hay que hacer nada, es una decisión que tomas en un minuto y que puedes deshacer o alterar fácilmente en cualquier momento, sin construir una escalera hasta la Luna para hacer lo mismo.

Un compañero al que admiro solía definir un tipo de trabajo generado por los gobiernos como «trabajo de mentira». Normalmente lo refería a trabajo burocrático, con normativas complejas que obligaban a empresas y particulares a asesorarse, adaptarse, modificar procesos, etc.., algo que de alguna manera mueve la economía y de ahí el beneficio adicional indirecto. En este caso es lo mismo: soluciones de ingeniería, sistemas informáticos, instalación de cámaras, etc. etc., pero en definitiva, habiendo otra manera mucho más eficiente y eficaz de hacer lo mismo, esta medida genera un TRABAJO DE MENTIRA. Por favor, señores dirigentes políticos de todos los países del mundo, que sé que leéis esta revista, que se traduce a 50 idiomas y es famosa en todo el planeta: desde lo público, centraos en generar TRABAJO DE VERDAD. También se mueve la economía, se genera más trabajo, pero el resultado es productivo, ayuda a que la gente pueda tener más comida, mejor acceso a la vivienda, mejor atención sanitaria, ayuda a la dependencia, mejor educación, mejores transportes, etcétera, etcétera, etcétera. Instalar un millón de cámaras por todo el país no sirve para nada. Si las quieren poner para control de tráfico, velocidad, uso de móvil, conducción temeraria, etc., es una cosa. Pero para el mantenimiento de carreteras, de verdad que no lo veo práctico. Yo a la Luna no voy en escalera, lo siento, prefiero el Apollo XIII que sigue siendo más fácil.