Aproin Digital 152 / Quién necesita un fotógrafo  

¿Quién necesita un fotógrafo?

Héctor Santos-Díez

fotógrafo de arquitectura_

Esta es una cuestión de comunicación.

Quieres transmitir una idea, un producto, y para ello has de encontrar el canal, los medios y el lenguaje para despertar interés en tu interlocutor. Y no cabe duda de que la fotografía, en el sector inmobiliario, es una herramienta fundamental, con un abanico de posibilidades enorme. Desde una sencilla y breve sesión fotográfica a un montaje que implique presencia de estilistas para vestir la casa y modelos para humanizar el espacio.

Después las fotos podrán tener diferentes usos. Web de la promoción inmobiliaria, redes sociales, anuncios en prensa, vallas publicitarias, concursos de obra construida e incluso como muestra de logros y ejemplo de calidades de cara a la venta sobre plano de nuevas promociones.

Hace tiempo fotografié un showroom de una empresa que prefirió no hacer uso inmediato de las fotos porque decían que se iba a perder el efecto sorpresa de las personas que fuesen de visita. Y lo que ocurrió es que en las redes sociales empezaron a circular imágenes que los visitantes sacaban con sus teléfonos: un montón de malas fotos como único recurso visual de comunicación, ya que no había ninguna foto profesional para matizar esa imagen y dar el nivel de calidad que la empresa quería representar con ese showroom.

Que la gente haga y difunda fotos es incontrolable. En ciertos casos puede ser beneficioso, pero debemos manejar nuestro propio mensaje. Nuestras propias fotos en nuestros canales de comunicación, para dejar claro cual es el estándar de lo que ofrecemos. A fin de cuentas no se trata solo de vender un determinado producto (un piso, un adosado...) sino que a la vez estamos creando nuestra imagen de marca con ello. Y esta puede ser elegante, lujosa, eficiente, pulcra... o descuidada, improvisada, caótica, chapucera.

Tras todo el tiempo, dinero y esfuerzo invertido en una obra, no recurrir a fotografías de calidad para esta última parte del proceso es en muchos casos incomprensible. El gasto que supone un reportaje fotográfico, dentro del conjunto del proceso constructivo (pues podemos pensar en ello como una partida más de la obra), es ínfimo. Y sus beneficios pueden marcar la diferencia.

En un momento en que la fotografía, a caballo de las redes sociales, lo invade todo y el exceso de información visual se convierte en ruido, hemos de intentar destacar mediante la calidad. Todo el mundo hace fotos. Todo el mundo tiene en su bolsillo la herramienta para hacerlo y ponerlo en Instagram, facebook o whatsapp al instante.

Esta democratización de la fotografía hace que haya mucha gente capaz de lograr una buena foto. Pero un profesional especializado en arquitectura aportará además los recursos necesarios para generar esas imágenes bien compuestas y eficaces en todo el reportaje.

Elegiremos los mejores momentos y la mejor luz posible, colocaremos las cosas para que todo juegue a favor del punto de vista elegido. Se moverá el mobiliario, se retirarán elementos distorsionadores,... Incluso las fotos más banales, como mostrar el tipo de armarios o un detalle de materiales, se puede realizar mimando la composición.

Porque no se trata de un documento meramente descriptivo ni periodístico. El fotógrafo está ahí para remar a favor. Si la ejecución de los acabados no es buena quizá sea mejor no recurrir a primeros planos. Si tiene unas vistas espectaculares se hará todo lo posible para destacarlas. Pero si son malas quizá encontremos la forma técnica de minimizar su presencia. Y así con todos los aspectos de la obra. A fin de cuentas una foto aceptable en un sitio espectacular la logra casi todo el mundo, pero sacar partido a entornos complicados, eso ya requiere oficio.