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DE VIAJE COMO VIAJEROS

Manuel Fernández Díaz

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Recorriendo el Rhin

Coblenza 

El río Rhin nace en los Alpes Suizos, y hasta desembocar en Holanda, en el Mar del Norte, recorre 1.233 km., de los que 883 son navegables. De esta manera se convierte en la vía fluvial más utilizada de la Unión Europea.

Desde la Edad Media, a orillas de los grandes ríos navegables de Europa, comienzan a aparecer grandes edificaciones, como catedrales e importantes castillos, pues en aquel entonces, las vías fluviales sustituían con holgura a las grades autopistas de hoy, y posibilitaban el transporte de grandes piedras.

Desde nuestra óptica de consejeros de viajes, queremos recomendarles hoy que, durante una semana se embarquen en un crucero fluvial a lo largo de este fantástico rio Rihn, y lo disfruten hasta desembocar en el Mar del Norte.

Comenzando en la ciudad suiza de Basilea, y finalizando en Ámsterdam en Holanda, les daremos referencias de sus principales ciudades y rincones.

Basilea

Es en la ciudad suiza de Basilea, donde el río Rhin comienza a ser navegable, e inicia su travesía por Europa, atravesándola de sur a norte, recorriendo y dando un vínculo imborrable a Suiza, Francia, Alemania y Holanda. La catedral de Basilea es uno de los edificios más representativos de la ciudad, construida en estilo tardorrománico, fue parcialmente derruida durante el terremoto de Basilea de 1356, lo que dio lugar a su reconstrucción ya en estilo gótico. Su torre sur o Martinsturm, dedicada a San Martin, no fue finalizada hasta el año 1500, y la torre norte o Georgsturm tiene 64 metros y está dedicada a San Jorge. La catedral fue católica en sus inicios, pero tras la reforma protestante que se implantó en Basilea en 1529, se volvió protestante hasta la actualidad.

A partir de la catedral, paseando por la céntrica Freiestrasse, una de las principales calles de compras de Basilea, se llega a la Marktplatz, auténtico ombligo turístico de la ciudad. En esta Plaza, en español Plaza del Mercado, esa sigue siendo la principal función desde su nacimiento en el siglo XV. Aquí, todos los días de semana se venden frutas, verduras, flores frescas y excelentes quesos suizos. El lugar desempeña un importante papel en la vida diaria de los habitantes de Basilea, y de sus visitantes, al albergar el mercado diario, que complementa la oferta de las tiendas de alimentación del centro de la ciudad. Pero lo más importante, y lo primero que salta a la vista al acceder a la plaza es su colorido y bello Ayuntamiento sede del gobierno cantonal de Basilea-Ciudad. Posee una larga historia tras de sí, de más de 500 años y su impactante colorido y adornos, son uno de los emblemas de esta población helvética. Su construcción data de entre los siglos XVI y XX y actualmente en él se celebran reuniones del municipio y del cantón de Basilea. Su decoración no deja a nadie indiferente, siendo un lugar repleto de ornamentos, esculturas y frescos como los que podemos disfrutar en el patio interior. Pegado a la bella escalera interior, sobre una columna encontramos una estatua de Lucio Munacio Planco, político y militar de la República romana, elegido cónsul de la parte sur del Rhin, en el año 42 a. C. Los escudos de los trece miembros de la confederación helvética están representados en la pared principal. Con una mezcla fascinante de estilo renacentista con gótico, el Ayuntamiento de Basilea es un lugar atípico y lleno de leyendas que no debemos perdernos.

Friburgo 

Friburgo

Friburgo, situada a solo 75 kms de Basilea, esta ciudad universitaria de unos 230.000 habitantes es capital de la Selva Negra, y una de las ciudades más meridionales de Alemania. Su casco antiguo aparece atravesado por los famosos Bächle, pequeños canales de agua pura, que bajando desde las montañas atraviesan esta ciudad, puerta de entrada a la Selva Negra y reconocible por su clima templado y soleado

Su importante catedral, mayoritariamente gótica fue construida en tres etapas, entre 1120 y 1230, alcanzando la categoría de catedral en 1827. De la primitiva iglesia románica sólo quedan los brazos del crucero, flanqueados por las «torres de los gallos» de planta octogonal y coronadas por agujas góticas. En la portada y en el tímpano, aparecen imágenes del Juicio Final, el Nacimiento y la Pasión de Cristo, unidos a escenas de la vida de la Virgen y figuras del Antiguo Testamento. A la derecha se ve a las Vírgenes Sabias, con la lámpara encendida hacia arriba, esperando a su señor. A la izquierda, las Vírgenes Necias con la lámpara apagada y hacia abajo, sin aguardar la llegada de Jesús.

Junto a ellas, como figuras femeninas, aparece la contraposición de la Iglesia Cristiana, representada por un ángel, y la del judaísmo que no aceptó la historia de Cristo, bajo la forma de la Sinagoga Ciega. Ambas juntas, constituyen el paradigma alegórico medieval de la confrontación entre cristianismo y judaísmo. Junto a ellas, la figura de María, embarazada de Jesús, visitando a su prima Isabel, también embarazada del que sería Juan Bautista.

La Plaza de la Catedral, o Münsterplatz, es la más importante y visitada de la ciudad, y desde el siglo XVI aquí se instala un mercado semanal y desde entonces se convirtió en el centro religioso y cultural de la ciudad. Además de la catedral, destaca el Almacén Histórico, un imponente edificio rojo ubicado en un lateral de la plaza, que albergó desde el siglo XVI una tienda por departamentos, precursora de los actuales grandes almacenes. Frente a la fachada principal de la catedral se halla la Fuente San Jorge, patrón de la ciudad, en cuya parte más alta vemos la dorada figura del santo pisando al dragón.

Colmar 

Colmar

A poco más de 50 kms, dentro de la rica región natural de la Alsacia, en territorio francés, se halla la ciudad de Colmar, ubicada a los pies de la cordillera de los Vosgos, y que comparte capitalidad del departamento francés del Alto Rin con Estrasburgo. También es conocida como la pequeña Venecia, y de ella se dice que es la más alsaciana de las ciudades de Alsacia, destacando por su excepcional riqueza cultural y la variedad de su patrimonio histórico y arquitectónico con más de 1.000 años de historia. A pesar de contar con algo menos de 70.000 habitantes, Colmar es la capital de la importantísima región de vinos de la Alsacia.

Se tienen referencia de ella desde el siglo IX. Como Ciudad imperial libre y miembro de la Decápolis alsaciana, tuvo un rápido desarrollo al final de la Edad Media y durante el Renacimiento. A partir de este momento, sus idas y venidas de Alemania a Francia, y de Francia a Alemania parecen no tener fin. Tras la Reforma, seguida de la Guerra de los campesinos alemanes, y tras la Guerra de los Treinta Años, fue anexionada a Francia. En el año 1871 Colmar vuelve al Imperio alemán, pero de nuevo devuelta a Francia tras la firma del armisticio de 1918. Pero aquí no acaba todo, pues la ciudad volverá a pertenecer a la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, para finalmente volver bajo jurisdicción francesa finalizada la gran guerra.

En un paseo por la ciudad descubriremos las típicas casas de curtidores, reconocibles por sus terrazas en la última planta, donde se curtían las pieles. A partir de la Plaza de la Catedral, podrán pasear por una festiva calle atestada de turistas, donde muchas de sus fachadas aparecen decoradas con cigüeñas, ave a la que profesan veneración. Al final de la calle, en un soberbio edificio con tejas esmaltadas, se halla la Antigua Aduana o Kaifhus, que constituía el corazón económico del antiguo Colmar. Las casas gremiales siempre tenían algún distintivo que las hacia reconocibles, así en las casas de los sastres, podrán tener un alto relieve de uno de ellos, metro de madera en mano, para hacerla distinguible.

Pero si hay algo obligatorio que hacer en Colmar, es acercarse a la Plaza del Viticultor, y en una de sus terrazas degustar un buen vaso de vino alsaciano, apoyado en un buen queso francés y unas deliciosas salchichas.

Catedral de Estrasburgo 

Estrasburgo

Siguiendo el curso del Rihn, la siguiente ciudad que alcanzaremos será Estrasburgo, capital de la Alsacia y del departamento del Bajo Rin, y sede del Parlamento Europeo, que en la actualidad cuenta con 260.000 habitantes en su zona centro, y cerca de medio millón en su Comunidad Urbana.

En un barrio algo periférico, pero bien comunicado por tranvías eléctrico, podremos encontrar: el Consejo de Europa, una especie de Palacio de la ONU, pero exclusivamente para los 47 países que componen la Europa Geográfica. Ante su fachada principal vemos flotando al viento las 47 banderas que representan a cada uno de ellos.

Metros más adelante se sitúa el Palacio del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, organismo al que cualquier ciudadano europeo puede recurrir, una vez agotada la vía judicial en su país. Consta de 2 torres circulares, colocadas como los platillos de la balanza de la justicia. A los pies del edificio se pueden ver 4 trozos del Muro de Berlín.

Finalmente vemos el Europarlamento, lugar donde se reúnen los 420 eurodiputados correspondientes a los 28 países miembros de la Europa Comunitaria. Ante la entrada principal, se hallan las 28 banderas de los países miembros.

Una de las dificultades mayores con las que se enfrente el ciudadano de Estrasburgo, es el idioma. Tanto algunos colegios públicos, como incluso la televisión local, para tratar de preservar el idioma autóctono, utilizan los dos idiomas del territorio, el francés y el alsaciano, un derivado del alemán que la mayoría de los franceses no hablan.

Alcanzábamos por fin la canalización del río Ill, que rodea completamente a la Gran Isla, donde se sitúa el centro histórico de la ciudad de Estrasburgo. La ciudad surgió a partir de la fundación romana de Argentoratum y de la villa medieval de Strateburgus. La Gran Isla, en la que se desarrolla el centro histórico de esta preciosa ciudad, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988, destacando la conservación de “un antiguo barrio”, que es una muestra de las ciudades medievales.

La catedral de Notre-Dame de Estrasburgo está consagrada al culto católico de la Virgen María, restablecido desde finales del siglo XVII, tras el periodo de culto protestante iniciado en el siglo XVI. Fue construida a lo largo de cuatro siglos, entre el 1015 y el 1439, y es una de las obras cumbres del arte gótico tardío. Su única torre campanario, la Flèche, tiene 142 m de altura, y constituyó la obra arquitectónica más alta del mundo durante más de dos siglos.

Nada más entrar en ella sorprende la enorme dimensión de la nave central, construida a mediados del siglo XII, y en la que se basaron para la construcción de Notre Dame de Paris. Son realmente excepcionales sus numerosos vitrales, realizados en los siglos XIV y XV, y de los que sorprende su magnífica conservación. Durante la segunda guerra mundial, Estrasburgo fue muy castigada, y debieron desmontarse todas sus vidrieras, y puestas a buen recaudo. Finalizada la guerra volvieron a colocarse en sus lugares. También es destacable su precioso y preciso reloj astronómico, que fue construido y mejorado casi sin interrupción durante más de 600 años.

Si usted visita la ciudad durante los meses de julio y agosto, sobre la fachada lateral de esta catedral, y sobre su gran torre la Fleche, se realiza un colorido espectáculo de luz y sonido, en el podrán encontrar al fantasma de su constructor recorriendo la fachada.

Maguncia (Mainz)

La primera ciudad alemana que nos encontramos en el curso medio del Rihn es Mainz, Maguncia en español, ciudad alemana de 260.000 habitantes, capital del estado federado alemán de Renania-Palatinado, situada justo enfrente de la desembocadura del río Meno, lo que convierte a Maguncia en un importante puerto fluvial de Alemania.

El centro de la ciudad está marcado por la Mark Platz (o Plaza del Mercado), en cuyo centro se encuentra su magnífica Catedral, y donde también podrán disfrutar del Museo Gutenberg, hijo predilecto de la ciudad, que en el siglo XV inventó la imprenta de caracteres móviles, y que nació, vivió e inventó en esta ciudad. De él dijo el New York Times, que con su invento hizo la auténtica revolución en el mundo de la comunicación. En la plaza se pueden ver, aparte del elenco de edificios tradicionales, algunas otras obras, como una fuente renacentista o la curiosa estatua de San Bonifacio, con un libro atravesado por una espada, imagen que tal vez evoque la muerte de este culto predicador inglés, obispo de Maguncia y primado de Alemania, asesinado por un grupo de paganos opuestos a su predicación cristiana. La plaza se prolonga a un lado y otros con las plazas Gutemberg y Liebfrauen,

La catedral de Maguncia, consagrada a San Martín de Tours santo patrón de esta ciudad, es una enorme e imponente basílica de arenisca roja y uno de los más destacados ejemplos de arquitectura románica existentes. Comenzó a construirse en el año 975, en época del emperador Otón, en pleno dominio del arte románico. Su construcción continuó con el gótico, y fue finalizada ya en el neogótico. En su claustro podrán encontrar una de las bellas muestras del gótico en Europa central.

El Rihn romántico

Fue en el año 1816 cuando el primer buque de pasajeros, el Príncipe de Orange, comenzó sus singladuras contra corriente por el río Rihn, para recorrer los paisajes más bucólicos de Alemania. En pocos años, el romántico Valle del Rin Medio, entre Coblenza y Rudesheim se convirtió en una atracción turística internacional. Realmente este fascinante paisaje, salpicado con innumerables fortalezas, pintorescos pueblos, ermitas remotas y viñedos escarpados, no tiene parangón en ninguna otra esquina de Europa. En el siglo XIX se restauraron, o incluso volvieron a construirse con el fin de que pareciesen más auténticos, muchos de sus castillos. Partiendo de Coblenza, encontramos el primero de ellos, el Castillo Stolzenfels, buen ejemplo de las fantástica restauraciones del siglo XIX. En la otra orilla el Castillo Lahneck, y un poco más adelante emerge el imponente Marksburg, el único castillo que se conserva de la Edad Media. El Rihn discurre ahora por un pronunciado meandro llamado Bopparder Hamm, antes de abrirse un poco ante la antigua ciudad de Boppard.

No lejos de St. Goardshausen se eleva la legendaria Roca de Lorelei con una altura de 132 metros sobre el Rihn, en un lugar donde el río solo alcanza los 113 metros de ancho. Durante siglos, las fuertes corrientes y las rocas traicioneras provocaron el hundimiento de muchos barcos. Esta realidad inspiró a los poetas alemanes Brentano y Heine a concebir la leyenda de Lorelei, que narra la historia de una bella muchacha que peinaba su bella melena dorada recostada sobre la roca, y que con su seductora voz atraía a los marineros a los pies de la roca hasta la muerte.

Ayuntamiento de Colonia 

Colonia

Colonia, acostada sobre el Rihn, es la cuarta ciudad de Alemania. Fue fundada en el año 38 a. C. como Oppidum Ubiorum, y posteriormente declarada colonia romana con el nombre de Colonia Claudia Ara Agrippi nensium en alusión a la emperatriz Agripina, esposa del emperador Claudio y madre de Nerón, nacida en estas tierras.

Su monumento más conocido y el más visitado de toda Alemania, es su catedral, un templo católico de estilo gótico, comenzado a construirse en 1248 y que no se terminó hasta 1880. Con sus 157 metros de altura fue el edificio más alto del mundo hasta 1884, año de la culminación del Monumento a Washington. Los problemas llegaron a esta catedral en 1560, cuando el cabildo dejó de aportar fondos de forma definitiva. A partir de entonces, durante siglos se utilizó simplemente como templo la parte ya terminada. La solución llegó en 1842, con el apoyo del emperador alemán Federico Guillermo IV de Prusia, que reconocía en el gótico una herencia germánica. El 4 de septiembre se puso la primera piedra para la renovación, participando el propio rey y el futuro arzobispo de Colonia. Finalmente, la inauguración de la catedral se produjo el 15 de octubre de 1880, y puede considerarse como la gran obra maestra del gótico del Rihn, que pese a los 600 años que tardó en completarse, su estilo arquitectónico es exclusivamente gótico.

En su interior encontramos una catedral inmensa, con casi 8.000 metros cuadrados construidos, 45 metros de altura, y casi 145 metros de longitud.Contiene 5 vidrieras del siglo XVI, donde se pueden ver: escenas de la pasión de san Lorenzo, de la virgen María; o de la leyenda de san Pedro y el árbol de Jesé. En los pilares se hallan las estatuas de Cristo, de la Virgen y los Apóstoles realizadas en 1270. Y en la izquierda, los arzobispos de Colonia y escenas de la vida de san Pedro, san Silvestre y Constantino, para terminar con la Cruz del Crucifijo de Gero, considerada el crucifijo más grande y antiguo que se conserva en occidente. Pero la gran notoriedad de esta catedral llegó en 1164, cuando llegan aquí los restos de los Reyes Magos. En 1225 se mandó construir el valioso relicario que las contiene, y desde entonces, peregrinos de toda Europa vinieron a adorar las reliquias de los Magos.

Amsterdam, canales y bicicletas 

Amsterdam y alrededores

Tras más de 1.200 kilómetros de recorrido, el Rihn desemboca en un gran delta en el Mar del Norte, muy cerca de la tan exclusiva ciudad de Ámsterdam, capital de los Países Bajos. La ciudad es conocida como la «Venecia del norte» por sus más de 100 kilómetros de canales, unos 1.500 puentes que los cruzan, y alrededor de 90 islas. Los tres principales canales, el Herengracht, el Prinsengracht y el Keizersgracht, que fueron construidos en el siglo XVII durante la «época dorada» neerlandesa, forman cinturones concéntricos alrededor de la ciudad, y a lo largo de ellos se encuentra la auténtica esencia, con una personalidad arrolladora, de la ciudad de Amsterdam. Esta área de la ciudad del siglo XVII, que delimita con el canal Singelgracht, ha sido incluida por la Unesco en el año 2010, en la lista de Patrimonio de la Humanidad.

La plaza de Rembrandtplein guarda una estatua de hierro fundido de Rembrandt, y en 2006, con motivo del 400 aniversario del nacimiento del pintor, varios artistas realizaron en bronce fundido los personajes de su pintura más famosa, La Ronda de Noche, y fueron colocados alrededor de la estatua del artista. Sin duda, La Ronda de Noche es el centro de atracción de esta plaza y constituye una forma diferente e ilustrativa de contemplar la obra maestra de Rembrandt.

En la frontera entre el barrio medieval y el barrio desarrollado del siglo de oro, se halla el super conocido mercado de flores y bulbos, donde miles de ciudadanos de todos los rincones, se acercan a comprar cualquier cosa relacionada con los bellísimos tulipanes de Holanda. A su lado se halla la torre conocida como Mount Plein, lugar en que se acuñó la primera moneda en los Países Bajos.

Y si queremos acercarnos a los famosos polders, solo tendremos que salir de la capital en dirección norte. En pocos kilómetros estaremos en ellos, grandes extensiones de terreno muy verde y plagado de vacas, situados por debajo del nivel del mar, y que los holandeses han sabido ganarle al mar con mucho trabajo, con tesón… y con la gran ayuda de sus imprescindibles molinos, que posibilitan la extracción del agua.

En 15 minutos habremos llegado a Zaanstads un proyecto casi de cuento, pero que, con bastante tesón y mucha imaginación, los holandeses han sacado adelante, y parece ser que con muy buen provecho. En la época de la super tecnología, un triunfo regresando a los orígenes. A partir de un proyecto hippy, un grupo de holandeses han reconstruido sus molinos, rotulados sus campos ganados al mar, y creado granjas. Además, un verdadero núcleo de atracción turística que genera miles de vistas.