Arquitectura

Juan B. Pons Herrera

arquitecto_ estudio gandara#pons

 

A golpe de ladrillo

El movimiento en el mercado inmobiliario hace que la pregunta esté en el aire: ¿Estamos ante una nueva burbuja de la construcción? Muchos expertos aclaran que el panorama es muy distinto al de 2008, pero no sería la primera vez que no la vemos venir.

Una vez acomodados a la vida en pandemia, las cosas vuelven a su sitio, iguales pero distintas, con matices que las modifican por completo; cambian los significados de pequeños gestos, los modales, la urbanidad. Una mascarilla, una noticia, un local cerrado, una prohibición, etc, nos traen de nuevo a la realidad. Estamos ante una situación anómala que se está alargando tanto en el tiempo, que la nueva normalidad parece crónica.

Entre las diversas consecuencias del confinamiento y de las amenazas de una crisis post-Covid hay una que pocos imaginaban: el aumento en la compra de viviendas. En el mes de septiembre de este año se han alcanzado cifras similares a las de 2008, y por si esto fuera poco, en países de nuestro entorno este crecimiento es mucho más acusado. Puede que en parte se deba a la búsqueda de valores refugio como históricamente lo han sido los bienes inmuebles, pero distintos indicadores muestran que en un gran porcentaje se compra la vivienda habitual.

La pandemia ha sacado a la luz los problemas de las viviendas ante un confinamiento: la escasez de luz natural, la carencia de espacio exterior, las reducidas dimensiones del parque inmobiliario o lo árido de nuestras ciudades; han potenciado la denominada demanda de reposición, la búsqueda de una vivienda mejor que colme necesidades sobrevenidas, ¿o será que ahora valoramos más la calidad y versatilidad del lugar donde se desarrolla la mayor parte de nuestras vidas?. 

Para poder conseguir el objetivo de mejorar la calidad de vida, se está produciendo una migración de los cascos urbanos al extrarradio, en busca de viviendas más amplias, con jardín, con entornos naturales menos contaminados. En la mayoría de los casos, este alejamiento del centro urbano significa una reducción del coste, no así en lugares de costa o residenciales exclusivos.

A pesar de este movimiento hacia el campo, paseando por la ciudad se observan multitud de obras residenciales, en las que cada vez más aparecen terrazas y espacios comunes de calidad como argumento de ventas. El sector de la construcción está en auge, sólo en lo que llevamos de año ya se han creado casi 10.000 nuevas pymes relacionadas con el sector, y escasea la mano de obra cualificada.

El aumento de la demanda, acompañado de la enorme subida de las materias primas y la falta de mano de obra especializada han incidido en la carestía de los costes de construcción, consecuencia directa es la subida del precio de la vivienda nueva, en cambio la usada sube menos, aproximadamente la mitad. Por esto, puede que no sea el mejor momento para emprender una reforma o acometer una construcción de nueva planta, pero sí para adquirir vivienda.

La previsión del alza de precios y lo moderado de los actuales dibujan un paisaje óptimo para realizar una inversión tan importante. Tanto si se adquiere el inmueble para disfrute o como inversión, nos encontraremos un panorama inmejorable. Es evidente que si el uso debe ser inminente, nos inclinaremos por obra nueva, ya que el comentado aumento de precios en reformas y la incertidumbre ante el comienzo de las mismas va a jugar en nuestra contra.

Los expertos se alinean en contra de la posibilidad de que estemos ante un burbuja del ladrillo; el coste del dinero, la tipología de los compradores, los precios de la vivienda, o el endeudamiento de las empresas del sector, apoyan la tesis de que estamos ante un escenario de crecimiento sostenible. Pero la duda está ahí, reflejo de la imprevisibilidad que nos mostró la anterior crisis: la sombra de una nueva burbuja inmobiliaria ensombrece el panorama económico, al tiempo que genera la incertidumbre que impide que se disparen definitivamente los precios, aún con un euribor negativo.

"La posesión de tierras no es sólo posesión, es la mejor de las posesiones. Es una posesión perpetua, y la madre de todas las formas de posesión"  (Winston Churchill)

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