interiorismo

Alba Lago

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Apartamento para dos

Esta vez el reto consistía en convertir un antiguo apartamento de playa en un cálido hogar para una pareja.

Se trataban de transformar ese aspecto de apartamento playero y veraniego en una vivienda en la cual apeteciese también pasar un frío invierno.

La división de espacios se mantuvo, únicamente se tiró un pequeño tabique y puerta que daban paso a un pequeño distribuidor de baño y dormitorio, incorporándolo de este modo a la zona de entrada y circulación de la casa. En cambio para seguir manteniendo la diferencia de este espacio con la estancia principal, se bajó el techo en esta área y se empotró la iluminación.

Partíamos de una cocina integrada por completo en el salón siendo esta una barra a  todo lo largo que conectaba las estancias. Teníamos una serie de necesidades nuevas, ya que el uso, cambiaba de temporal a permanente. Se necesitaba un buen tamaño de nevera, con microondas, y un lavavajillas, para todo ello se optó por cerrar el 50% de la barra ganando espacio para todas las nuevas necesidades y privacidad en ambos espacios, sin perder esa conexión tan práctica entre cocina y comedor mediante un hueco. 

La estancia principal de la casa se dividió en dos ambientes, salón y comedor, juntos pero separados visualmente mediante la iluminación y una alfombra.

La arquitectura del apartamento nos brindó la oportunidad de poder destacar a ambos lados de la estancia, el volumen de la cocina y el volumen del balcón, que han sido destacados con la pintura de color marrón chocolate.

En una pequeña reforma del baño, se usó también el marrón chocolate, esta vez en el suelo y en un mueble auxiliar para darle uniformidad a todo el apartamento, clave principal cuando se trata de espacios pequeños y lo que se busca son ambientes tranquilos y relajantes.

Para aportar esa calidez que buscábamos a lo largo de las diferentes estaciones, se unificó todo el suelo con tarima en roble con tinte blanquecino, se lacó la carpintería en blanco y se jugó con luces indirectas LED en el foseado perimetral del salón, apliques de pared e iluminación auxiliar.

Se jugó con un mobiliario contemporáneo y atemporal mezclado con piezas clásicas y tapicerías más atrevidas.

Otra premisa, que aún en espacios más grandes cada vez se demanda más, es la de gran capacidad de almacenamiento.

Para ello se hicieron nuevos armarios empotrados aprovechando al máximo el espacio, se optó en el salón por el cambio del usual mueble de televisión por un gran aparador que resuelve ambas funciones, en el dormitorio se optó por una cama sobre arcón de almacenaje y dos sinfoniers, y en el baño un gran mueble colgado sobre wc y bidé.

Como detalle a destacar de la decoración, en el salón se revistió de espejo la pared frontal a la entrada, creando un efecto de trampantojo en la llegada, y en el dormitorio se hizo lo mismo en un metido de la pared con la fachada, consiguiendo de este modo, una visión perfecta de la playa desde la cama.