Cooperativa de viviendas «13 Rosas Residencial»

XVIII Premios COAG 2017-2018

Manuel Carbajo Capeáns | Celso Barrios Ceide
carbajo y barrios arquitectos asociados, S.L.P._

El edificio «13 Rosas Residencial» ha sido elegido "Mejor Edificio de Viviendas" en los XVIII Pemios COAG 2017-2018 que cada dos años concede el Colegio de Arquitectos de Galicia. La obra, situada en el santiagués barrio de Santa Marta, nace en el estudio de arquitectura de Manuel Carbajo y Celso Barrios –Carbajo y Barrios Arquitectos Asociados–, a quienes obtener este galardón no les resulta una novedad. En la pasada edición de estos Premios COAG, correspondiente al período 2015-2016, ganaban en este mismo apartado con la «Cooperativa de vivendas Galeras Entrerrios». 

Decía Philip Johnson, premio Pritzker de Arquitectura en 1979 que “El ejercicio de la arquitectura es la más deliciosa de las labores. Es también junto con la agricultura, la más necesaria para el hombre” y, desde esa perspectiva, Manuel Carbajo y Celso Barrios combinan a la perfección ambos conceptos: la satisfacción de la deliciosa labor que dice Johnson y la de crear algo útil y necesario para la sociedad. 

La Cooperativa «13 Rosas Residencial» se asienta en una de las parcelas del polígono residencial surgido en los años 90 de la urbanización del entorno de la Ermita de Santa Marta, junto al Monte de Conxo. En la ordenación propuesta por el planeamiento urbanístico vigente, las edificaciones de uso residencial se desarrollan en bloques abiertos en forma de U abrazando patios interiores de uso privado.

Respetando esta configuración, la edificación se plantea como la traslación de las manzanas compactas del tejido residencial compostelano, aprovechando que al desarrollarse un único uso (residencial) es posible dar un tratamiento unitario al volumen desde la altura de la calle hasta la cubierta. Como resultado se propone una edificación sobria y compacta, cuya fachada se organiza a través de una retícula homogénea de huecos en toda su superficie. A partir de ese ritmo constante, se reconoce la distribución interior de las unidades de vivienda, mediante pantallas de granito silvestre que se insertan en cada uno de los huecos, dejando el resto de su superficie totalmente abierta y acristalada, singularizando un elemento practicable en cada estancia, la ventana. De este modo se conforman los grandes lienzos de fachada, en el que un orden general se va matizando, hueco a hueco, vacío a vacío, por la realidad que se esconde detrás de cada uno de ellos.

La edificación se conforma así hasta llegar a la cubierta donde rompe su regularidad formal para ofrecer todas las posibilidades que le proporcionan la altura y las vistas. Aquí se van a crear una serie de espacios-jardín vinculados a las viviendas dúplex, a las que se dotan de rincones privados ajardinados con un soleamiento y unas vistas privilegiadas hacia el sur de la ciudad, creando un conjunto de imagen laberíntica de remate de la edificación, característica de las manzanas residenciales, aunque aquí condicionado por el volumen máximo permitido.

En la planta baja se desarrolla una zona común que se pretende como auténtico salón de estar de todos los usuarios de la edificación. El acceso desde el exterior se realiza a través de un espacio abierto en relación visual continua con el jardín comunitario hasta los portales de acceso a las plantas altas. Un solárium, una zona de juegos infantiles, un jardín y una piscina llenarán de contenido los espacios abiertos, junto con otros más resguardados, a la sombra, complementados por un espacio cerrado multiusos y un salón infantil.