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Un repaso por el urbanismo de Vigo desde el 2014

Verónica González

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Hace ya más de tres años que iniciamos esta colaboración con APROIN. Desde entonces, hemos aprovechado esta oportunidad para reflexionar en voz alta sobre aquellos aspectos del planeamiento de nuestra ciudad que más nos preocupaban, con la atención puesta fundamentalmente en qué tipo de ciudad queremos y consecuentemente como podemos definir los espacios y los usos para que vivamos mejor, trabajemos mejor y disfrutemos mejor del nuestro tiempo libre en nuestra ciudad.

Conforme se acerca el final de algo, solemos mirar la vista atrás para hacer balance de lo hecho, iniciamos nuestra colaboración en julio de 2014, plena crisis inmobiliaria y económica preguntándonos ¿Qué podíamos hacer para impulsar Vigo? En aquel momento pensábamos que la respuesta podría estar por apostar en la innovación, también en la construcción, para volver a ser competitivos, haciendo hincapié en la necesidad de la colaboración entre los distintos agentes que intervienen, tanto públicos o privados, para encontrar un camino a la situación tan difícil en la que nos encontrábamos.

En un tiempo en el que todo lleva el calificativo de “Smart”, reflexionamos si queríamos que Vigo sea una smartcity, para concluir que la tecnología en sí misma no es la solución, sino el instrumento para alcanzar nuestro objetivo y por tanto pongamos la tecnología a nuestra disposición para pensar de una forma más Smart, más inteligente.

Iniciamos el 2015, con anuncios de brotes verdes, con el fin de la crisis, que se prolongó un poco más, y aprovechando la epifanía pedimos que ese año fuese en el que se pusiese en marcha una reforma de la Administración Pública, sirviéndonos de la tecnología, ser más eficaces y también porque no, simplificar el planeamiento, elaborando instrumentos de planeamiento más sencillos pero que garantizasen la protección de aquellos elementos que por su carácter, por su valor intrínseco han de protegerse.

Hemos solicitado la recuperación de entornos urbanos como el de Beiramar. Hemos felicitado a la Asociación de Vecinos de Cabo Estai Norte por conseguir la aprobación inicial del Plan Parcial del Sector S-50-R, porque en el momento que nos encontrábamos un grupo que podría tildarse de locos luchaba por conseguir la transformación de un sector tan grande como el de Cabo Estay, esfuerzos que se cayeron abajo rodando como la piedra de Sísifo con la declaración de nulidad por parte del tribunal Supremo de nuestro Plan General. Un Plan General, el de 2008, que nunca nos pareció bueno hasta que lo perdimos.

Nos declaran nulo el Plan y comenzamos el 2016 reivindicando el derecho de toda ciudad a un plan pero con la idea rectora que el plan ha de ser el instrumento que permita que el proceso de urbanización genere riqueza y desarrollo para el conjunto de los ciudadanos.

Con nuestro plan general de 2008 anulado y con una normativa vigente aprobada hace más de 23 años nos planteamos y ahora ¿Qué? Pues a pensar cómo reaccionar, como no quedarnos paralizados y ya que no hay plan, pensemos como queremos dibujar el siguiente, pongamos en valor una red de espacios públicos, de zonas verdes y espacios libres, pensemos en pequeñas intervenciones en la ciudad consolidada que reporten un gran beneficio, creemos espacios de relación y cohesión social y económica y con esta idea continuamos en el 2017, la importancia de mirar a las vías, siguiendo la distinción de Cerdá, no solo en los usos, sino la estética de nuestros edificios, crear un paisaje que incentive la creatividad y consecuentemente la economía, que mejore la salud y el bienestar de sus ciudadanos. Y así llegamos apunto de terminar este año, cerrando proyectos, algunos arrastrando la piedra del desarrollo urbanístico ladera arriba de nuevo y pensando en lo que vendrá. Hay anunciados proyectos que creo muy interesantes para nuestra ciudad, como el gran espacio que se va a crear con la peatonalización de la Puerta del Sol, la Ciudad de la Justicia, el acercamiento de la Universidad al casco urbano, la humanización de la Gran Vía, etc. También nos toca este año que comienza mirar a nuestro monte, que todos nos eduquemos en su cuidado, nos impliquemos para que no vuelva suceder, y que no se nos olvide que lo que es de todos es de cada uno de nosotros y que cuidarlo nos hará vivir mejor.

El año que comienza viene también con grandes retos como son la aprobación de las ordenaciones provisionales y del plan general. Para que de esta forma los agentes que intervienen en la transformación del suelo, tal y como mencionamos anteriormente, no se sientan como Sísifo, el cuál fue condenado a arrastrar por una ladera muy pronunciada una enorme piedra y antes de llegar a la cima la piedra siempre se caía y Sísifo otra vez tenía que empujar la enorme piedra.