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Rubén Santos

responsable del departamento de previsión social en S4 correduría de seguros y gerencia de riesgos_

La gestión de riesgos financieros y de crédito

El sector de la mediación de seguros se ha profesionalizado mucho en los últimos años, y eso redunda en mayor conocimiento y atención generalizada a los clientes, así como una mayor y mejor competencia.

Los actores que buscan diferenciarse lo hacen desde la premisa de ofrecer algo más… Y en la rama de crédito esto pasa por no estar enfocados únicamente en la parte aseguradora (exclusivamente de la cobertura).

Esto implica un rango de actuación más amplio, de más productos y servicios. Y es que a no todas las empresas les preocupa el seguro de crédito, pero sí les preocupa la gestión del riesgo de crédito.

Pero, ¿qué es la gestión de riesgos financieros y cómo puede ayudar a las empresas?

Los seguros de crédito y caución no son obligatorios por ley, pero son la herramienta para generar mayor tranquilidad en la empresa, no exclusivamente por una visión de protección ante un impagado, sino para ordenar la actividad comercial de venta, conocer y prevenir los posibles problemas de nuestros clientes.

Todo se sustenta en la necesidad de tomar decisiones por parte de las empresas. Es necesario contar con la mayor y mejor información (de calidad) para poder optimizar los resultados.

La externalización de servicios va más allá de la propia cobertura. Adicionalmente, a través de esos contratos se llevan a cabo las acciones de recuperación y recobro de fallidos.

Como decía, la gestión de riesgos financieros no es simplemente contratar este tipo de seguros. Cualquier cobertura de crédito parte de un análisis previo para determinar la capacidad de pago de las empresas. Esa valoración objetiva de la cartera nos permite conocer la distribución del riesgo y expectativa de comportamiento de pagos.

Es un ejercicio necesario (o al menos recomendable), independientemente de la decisión de contratación de un seguro de crédito que implica sacar ese riesgo de la empresa para que lo soporte una aseguradora.

Además de ese análisis, hay factores difícilmente ponderables (la pérdida del principal cliente, la caída de un proyecto, un impago relevante…) que ponen de manifiesto que el análisis debe de ser apoyado por el comportamiento de pagos diario de esos clientes (deudores).

El mercado asegurador, con la cobertura de buena parte de las operaciones de tráfico mercantil es quien mejor puede ofrecernos esa visión (por una numerosa e intrincada red de operaciones de cobertura cliente-proveedor, amén de la cobertura de operaciones de financiación de las propias entidades financieras).

El control del DSO y el coste financiero asociado a posibles retrasos en el cobro también forma parte de la gestión de este riesgo.

Aunque sólo sea muy por encima, tampoco podemos obviar que esos “riesgos financieros”, también nos afectan en nuestra relación con proveedores, tanto por posibles anticipos realizados como por la visión del mercado asegurador con respecto a nuestra empresa…, que puede afectar en las negociaciones de pago con ellos.

En determinados sectores con escasez de oferta también es una cuestión que nos puede afectar a nivel de capacidad de compra o de resultados.

Si hablamos de internacionalización… Cuanto más lejos está un cliente, normalmente menos conocimiento tenemos de él (de su evolución, situación, comportamiento) … Si adicionalmente “metemos” como variable otro país, otra legislación, otros usos y costumbres…, el tema aún se complica más. En esos casos aún cobra más sentido la búsqueda de apoyo para análisis, cobertura y recuperaciones. También para la búsqueda de posibles soluciones financieras que aúnen cobertura y financiación.

La gestión de riesgos financieros: Un sector contra cíclico

El panorama económico de los últimos años ha impulsado el negocio asociado al riesgo de crédito. Se trata de un sector contra cíclico, es decir, crece en momentos de recesión.

Esto se debe a un concepto más emocional que económico (miedo asociado a la incertidumbre).

Es innegable que en momentos de ralentización económica la morosidad crece (menores posibilidades de venta, o reducción de margen, y especialmente menor capacidad de financiación bancaria…. En muchos casos las tres variables a la vez).

Venimos de una situación en la que las circunstancias asociadas a la incertidumbre económica (no sólo eso, sino también sanitaria y social) provocaron la articulación de una serie de medidas que basadas en el incremento de deuda (país, empresas, familias), nos permitieron atenuar el impacto asociado a las consecuencias de la crisis sanitaria que vivimos.

Este factor monetario (junto con otros de naturaleza especulativa) han incidido en el incremento de la inflación, que a su vez desencadena el incremento de tipos de interés.

Ahora, en un escenario de deuda elevada, márgenes estrechos e incremento de tipos la morosidad crecerá, y esa situación redunda en una mayor preocupación por las posibles coberturas de crédito.

El crecimiento de la morosidad es algo esperado desde hace tiempo; lleva unos años en un estado artificialmente bajo (moratorias concursales, ayudas y préstamos con garantía estatal).

La cuestión crítica a dilucidar es… ¿cuánto crecerá en términos absolutos? Podemos esperar magnitudes de crecimiento, en términos relativos, muy importantes (pero partiendo de un nivel muy bajo).

Como cualquier ciclo económico se producirán ajustes, caerán empresas y la morosidad tendrá mayor impacto en aquellas empresas que no hayan atendido a los factores preventivos.

Normalmente pienso que después de haber vivido los efectos de la crisis del 2008,… que nos echen lo que sea.