Aproin Digital 145 / Restauración de Fonte da Torre  

Restauración de Fonte da Torre. Caldas de Reis

Arquitecto

José Luis Gil Pita

Fallo del jurado

Polo seu respectuoso tratamento dun elemento patrimonial e histórico e pola acertada incorporación e posta en valor dos oficios tradicionais na intervención.

Memoria

Las obras de Fonte da Torre se enmarcan en un programa municipal de puesta en valor de las fuentes del Camino de Santiago Portugués, denominado Fontes no Camiño que corresponden al segundo bienio de ac­ciones 2018-19 después de ejecutadas en 2016-17 las fuentes históricas de A Burga de 1882 del arquitecto Alejandro Rodríguez Sesmero, y del Mercado de Abastos de 1930 del arquitecto Juan Argente Navaja.

El expediente municipal para la construcción de la Fuente pública y abrevadero del Campo de la Torre, data de 1861 siendo el proyecto del arquitecto José María Ortiz y la contratación de la obra a favor del maestro de obras Gregorio Trapote.

Tras casi 160 años de vida e historia, revertir el progresivo deterioro constructivo de los materiales origi­nales (granito, forja, fundición y bronces) y también mejorar el entorno del manantial para devolverle el estado funcional, ambiental y urbano adecuado a la calidad de este bien, junto con la recuperación de la traza original de posicionamiento de la desaparecida Torre medieval de Dª Urraca, constituyen el triple objetivo que se persigue con los trabajos de restauración de la Fonte da Torre, en el entorno inmediato del puente medieval de Bermaña.

La rehabilitación contó con el dictamen favorable del Comité Asesor del Camino de Santiago y la aprobación de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta.

En paralelo se abrió otro frente de trabajo en el entorno inmediato de la fuente, aprovechando que era necesario, recuperar la cota de suelo original y la envolvente urbana más próxima. Dado que la fuen­te-abrevadero en su origen se implantó de manera muy próxima a la antigua Torre medieval de Dª Urraca, desmontada pocos años después, se usó la excavación como pretexto, para mediante un control arqueo­lógico, intentar determinar la forma de implantación de la fachada norte de la antigua torre.

Así se procedió a retirar el relleno de los años 90´s del s.XX hasta hallar la cota de original dejando un es­pacio o ámbito de respeto y acceso suficientemente alejado para reconocer la naturaleza original del bien.

La nueva marca desde la que se produce este vaciado así como su dirección son propuestas en relación a la antigua posición de la fachada de la Torre de Dª Urraca que le de la nombre a la propia fuente y al ámbito urbano inmediato. La posición de la fachada, el giro en la planta, es resultado del estudio y restitución fo­togramétrica realizada enfrentando los datos físicos del levantamiento actual con el cruce de información de las antiguas imágenes y el antiguo caserío que todavía permanece al igual que la fuente.

De este modo se puede trasladar a la planta el ángulo de giro y distancia al elemento actual dejando re­gistro gráfico de la posición de este bien tan singular desaparecido de la trama urbana de Caldas de Reis en la década de 1880. Se usa el supuesto y aproximado ancho del muro de la desaparecida Torre de Dª Urraca para emplazar el desarrollo de los tres escalones de la escalera precisa para bajar a la cota original de acceso al abrevadero de la fuente en su cara sur.

Buscar este rastro forma parte de una estrategia que este proyecto de restauración propone como lógica contemporánea, que al mismo tiempo que intenta buscar el pasado anterior al propio bien de 1861 -la fuente- intenta rescatar la implantación original de un bien medieval, y justifica la acción de mejora de la envolvente del elemento a restaurar.

Algo que nos lleva a pensar en los rastros, como los de los cimientos de la antigua capilla de Romchamp, para resituar y ser motor de las bases del nuevo proyecto de Le Corbusier, o como Alexandre Alves Costa y Sergio Fernández de Atelier 15 al proponer rescatar la expresión volumétrica de la antigua cimentación de la antigua muralla descubierta en el palleiro de S. Dámaso en Idanha A velha, Portugal recomponiendo simultáneamente tres momentos de la historia.